sábado, 26 de septiembre de 2015

Paloma blanca

El aire sopla sobre mi rostro, tal pareciera que las nubes se acercan para dejar caer su lluvia, es más que un simple día en el que he perdido la vida de mi pequeña, mi luz y esperanza, cuando hace ya un año al momento de nacer no latió su corazón, era tan frágil que simplemente no duro mucho en este mundo, ella nunca supo que yo era su madre, ella nunca supo reconocer mi voz y sonreírme al oírla, ella nunca pidió nada por que nunca tuvo tiempo de generar necesidades por las cuales llamara la atención con un llanto a media noche.

No habrás aprendido a ser un hijo para mi, pero tu me enseñaste que una pequeña vida puede hacer cambiar el mundo a pesar de su corto tiempo en el.


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