Hacemos de desayunar y comemos en una platica entretenida en la cual hablamos de los planes en el día y la hora de vernos para comer, no se por que pero de un momento a otro la comida me resulto con falta de sabor y añado a mis huevos una mezcla de aderezos a las que el chico que comparto mi vida hizo un par de gestos añadiendo -- no se como puedes comerte eso-- , aún así se arma de valor y toma una pequeña probada, la cual no resulto del todo bien acompañada de una visita rápida al baño para dejar los jugos gástricos en casa de los dos y salir rápidamente al trabajo.
A la hora del almuerzo no se me apetece nada y esa horrible sensación de la comida en el sentido contrario, provoca no buscar la comida, suena el teléfono y es el quien me hace sonreír preguntando si ya comí, para no inquietarlo le dije que si, así que solo salimos por un aperitivo.
Al volver a casa no puedo mas y el hambre ataca la alacena, añadiendo especies raras a los platillos mas extravagantes y fuera de lo común que cualquier persona razonable jamas juntaría. Caminando a la habitación todo tiembla y me siento caer, cuando veo , me encuentro en los brazos de mi amor, asustado de no saber que me paso.
Al día siguiente fuimos al doctor, siempre juntos pensando lo peor, recomienda hacer exámenes de rutina para darnos la sorpresa, lo cual añade temores a los de por si alucinaciones alejadas del bien.
Cuando por fin los resultados estuvieron el tomaba mi mano igual que aquel primer día, los dos para recibir la peor noticia llega una bendición tu mi querido ángel venias en camino.
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