Me acabo los hilos de mi alma que alberga esperanzas de un lienzo de vida hermoso para adornar las horas de vida y contemplarlo en los minutos de mi muerte.
Mi alma se guía del rojo sangre del dolor y amor que sentí, el amarillo muestra mis alegrías, vivencias hermosas que pasaron a mis anécdotas; azul, la tranquilidad de estar en brazos cálidos o quizás de sentirme en paz conmigo misma en un ambiente de amigos o de simple naturaleza a mi alrededor, dorado del dinero que tuve y pude compartir.
Que hermoso sería contemplarlo con formas de mariposas como reflejo de mis sueños, que el día en que este dispuesta a retirarme este segura de haberlos visto hecho una realidad.
Cristales incorporados en los hilos de sudor y lágrimas, de esfuerzo y derrotas que habré haberlas conocido como pruebas.
No existirá en el una mancha de tintura o figuras que no fuese yo, pues a pesar de madurar y crecer jamas habré perdido mi esencia, ni pondré en mi personalidad mascara alguna solo por algún propósito vano.
Verde predominante de ideas que tuve en los hilos de mi mente, recurrentes y divertidos, con algunas que otros ideas de gran utilidad.
Rosado de hermosas palabras que habrán salido de mi boca y habrán escuchado mis oídos del corazón de alguien más, entre ellas palabras de alguna declaración o el reflejo del entusiasmo con el que desperté cada día.
Llenaré de morado todas mis cosas favoritas, las situaciones y personas que pusieron valor a mi día y me dieron una sonrisa, aquello que me hizo feliz.
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